El
paintball comenzó como un juego de caza entre dos amigos en los
bosques de Henniker, New Hampshire. Originalmente fue bautizado como
National Survival Game, pues no era considerado un deporte en esa
época. En 1976 Hayes Noel, un corredor de bolsa y su amigo Charles
Gaines, un escritor, volvían a casa hablando del reciente viaje de
Gaines a África y sus experiencias cazando búfalos. Ansiosos por
recrear la subida de adrenalina que provocaba la emoción de la caza,
e inspirados por la historia de Richard Connel El juego más
peligroso, los dos amigos concibieron la idea de crear un juego donde
pudieran acechar y cazarse uno al otro.
En
los meses siguientes, los amigos discutieron qué clases de
cualidades y características hacían que alguien fuera un buen
cazador y supervivencialista. Se quedaron atascados, sin embargo, en
cómo idear una prueba de esas habilidades. No fue hasta un año y
medio más tarde cuando George Butler, un amigo suyo, les enseñó un
arma de bolas de pintura en un catálogo agrícola. El arma era una
marcadora Nelspot 007 fabricada por la Nelson Paint Company y era
utilizada por los ganaderos para marcar vacas. Noel y Gaines
compraron cada uno una pistola y mantuvieron un duelo que se
convertiría en la primera partida de paintball.
Tras
esto, los amigos idearon las reglas básicas del juego basándose en
las de capturar la bandera, e invitaron a unos
amigos y a un escritor de Sports Illustrated a jugar. Llamaron su
juego Survival (‘supervivencia’) y un artículo sobre él fue
publicado en el número de junio de 1980 de Sports Illustrated.
A
medida que crecía el interés por el juego, Gaines y Noel crearon
una compañía, National Survival Game, y firmaron un contrato con
Nelson Paint Company para convertirse en distribuidor exclusivo de su
equipo de paintball. Tras esto, establecieron licenciaron a
franquicias en otros estados el derecho a vender sus armas, pintura y
gafas protectoras. Como resultado de su monopolio sobre el equipo,
entraron en beneficios en sólo seis meses.
Las
primeras partidas de paintball eran muy diferentes a las modernas.
Las pistolas Nelspot eran las únicas disponibles. Utilizaban
cartuchos de CO2 de 12 gramos, cargaban un máximo de 12 disparos, y
tenían que ser amartilladas tras cada tiro. Las máscaras especiales
para paintball aún no habían sido creadas, así que los jugadores
usaban gafas convencionales que dejaban expuesto el resto de sus
caras. Las primeras bolas de pintura tenían una base de aceite y por
tanto no eran solubles en agua, por lo que las «fiestas de
trementina» eran frecuentes tras un día de partida. Las partidas a
menudo duraban horas mientras los jugadores se acechaban entre sí, y
dado que cada jugador sólo tenía un número limitado de cartuchos,
los disparos eran raros.
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